Un espejo bien ubicado puede crear la ilusión de un
espacio más grande. Esto es especialmente útil en baños pequeños o con una
distribución compacta. Colocar un espejo de cuerpo completo en una pared puede
hacer que el espacio se sienta más abierto y aireado.
Los espejos tienen la capacidad única de reflejar la
luz, lo que significa que pueden ayudar a maximizar la iluminación natural o
artificial en el baño. Colocar espejos frente a ventanas o luces amplificará la
luminosidad.
Un espejo estratégicamente ubicado puede hacer que las
actividades diarias en el baño sean más convenientes y eficientes. Por ejemplo,
un espejo grande sobre el lavamanos proporciona un área amplia para el cuidado
personal y permite a varias personas utilizar el espacio al mismo tiempo.
En resumen, los espejos no son simplemente accesorios
funcionales en el baño; son elementos que pueden transformar la experiencia en
este espacio íntimo de múltiples maneras.